Mercados porteños:  el auge de los olvidados

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Son el espacio de historia que todavía cuenta Buenos Aires. A pesar de su antigüedad continúan siendo  un punto de referencia en cada barrio. Un recorrido que revela el auge y el regreso de los mismos.

Antiguos y famosos supieron ser el espacio de intercambio de los primeros vecinos de Buenos Aires. Hoy son el punto de referencia de muchas personas que continúan nombrandolos.

Lejos de quedar atascados en el pasado, sin perder la esencia iniciatica se destacan y persisten.

En el bario de Caballito   tenemos el Mercado del Progreso, una institución que abrió  sus puertas en 1889 sobre la Avenida   Rivadavia al 5400  desde entonces continuo siendo hasta nuestros días un espacio de encuentro para los vecinos, un mercado de ofertas y de confiabilidad.

Sin embargo no es el único que existe y en otros barrios también se destacan otros de ataño. En el  Barrio de San Telmo por ejemplo tenemos el famoso  Mercado de San Telmo inaugurado en 1897,la historia relata que en este mismo lugar está el local donde Angelito vendió pan por casi 60 años y la vieja pérgola donde las florerías le dejaron lugar a un bar de sibaritas de café.

Aunque algunos modificaron algunas tareas otros basan su encanto en mantener intacta la historia edilicia.

A pesar de la majestuosidad de sus paredes y las coloridas vidrieras que rodean el lugar donde las grandes marcas presentan sus colecciones más destacadas, el ex Mercado del Abasto Proveedor posee también su historia.

En 1893 abría sus puertas el Mercado más grande la zona que se convertiría en un punto indiscutible de referencia entre los vecinos y visitantes donde hoy yace un gigantesco shopping .El recuerdo del pibe Gardel gambeteando entre cajones de verduras, como contaron desde la Asociación de Amigos de la vecina Casa Museo del cantor continua siendo un mito.

En 1882, abrió el Mercado de San Cristóbal, el más antiguo de Capital en actividad. El espacio es hoy un rejunte de historia recuerdos y anécdotas.

Se pueden traer a la memoria los carros tirados por caballos y el bullicio, las charlas y los gritos de italianos, turcos, rusos que trabajaban y compraban en ésos y otros lugares similares.Es que en los mercados no sólo se compra y se vende. Los mercados son, en el mundo, desde la antigüedad, espacios de intercambio también cultural. Y refugios de memoria.

“Ahora se escuchaba el gran rumor (…) París mascaba los bocados para sus dos millones de habitantes. Era como un gran órgano central lanzando la sangre de la vida a todas las venas…”